Para poder solucionar las posibles pérdidas de energía en una casa, es necesario primero identificar los puntos débiles de la estructura del edificio existente. Las construcciones antiguas, por ejemplo, suelen presentar superficies sin aislamiento adecuado, lo que lleva a importantes pérdidas de calor.
Dado que el calor puede escapar fácilmente, el sistema de calefacción necesita trabajar más intensamente, consumiendo así más energía. Un gráfico puede ayudar a identificar estos puntos débiles por donde se pierde energía en el edificio, tales como ventanas, techo, paredes y suelo.
01. Evitar pérdidas de calor con un buen aislamiento Implementando un adecuado aislamiento térmico se pueden reducir significativamente las pérdidas de energía, disminuyendo así la necesidad del uso de energía para la calefacción del edificio.
Aunque el aislamiento pueda resultar costoso en comparación con otras medidas, este reduce la demanda de energía en aproximadamente dos tercios. Para lograrlo, es importante elegir materiales de aislamiento con coeficientes de transferencia de calor bajos para:
- Fachadas
- Ventanas
- Techo
- Sótano
- Tuberías de calefacción
- Caldera
02. Ventilar correctamente Ventilar periódicamente es crucial para mantener un clima interior óptimo, proteger la estructura del edificio y, sobre todo, cuidar la salud de los habitantes. Sin embargo, ventilar también puede implicar la pérdida del 10 al 20% de la energía de calefacción.
La ventilación controlada del espacio habitable con recuperación de calor es más eficaz y económica. Esto resulta particularmente beneficioso para personas alérgicas, debido a los filtros que se instalan.
03. Calefacción sostenible con sistemas de calefacción modernos y combinaciones de sistemas Generar energía solo es rentable cuando los costos de producción son significativamente menores que los costos de consumo. La calefacción económica es posible con tecnología moderna y eficiente.
Para calentar de manera sostenible, se requieren dispositivos con un alto grado de eficiencia. Esto se aplica, por ejemplo, a las tecnologías de condensación. Además de las modernas calderas de condensación de gas, también existen calderas de condensación de gasóleo que permiten aprovechar el calor de los gases de combustión.
Las calderas de baja temperatura son incluso más sostenibles, ya que están diseñadas para operar a bajas temperaturas de flujo. Gracias a las bajas temperaturas de operación, estos equipos consumen menos energía y aseguran una distribución uniforme del calor en las habitaciones, levantando menos polvo.
Los sistemas de calefacción de condensación suelen combinarse eficazmente con energías renovables como bombas de calor o sistemas solares.
04. Evitar pérdidas de energía por acumulación de calor El potencial de las energías renovables solo se maximiza si el calor generado también se almacena adecuadamente. Por ejemplo, un sistema solar térmico puede generar agua caliente durante el día que luego se usa para la calefacción.
Con un tanque de inercia suficientemente grande, la energía se puede almacenar y utilizarse más tarde, asegurando que el calor no se pierda y esté disponible cuando se necesite.
05. Ajustar correctamente la temperatura ambiente Reducir la temperatura ambiente en solo un grado puede ahorrar un 6% en costos de energía. Las temperaturas recomendadas son:
- Sala de estar y estudio: de 20 a 22 °C
- Dormitorio: de 16 a 18 °C
- Habitación para niños: de 20 a 22 °C
- Cocina: de 18 a 20 °C
- Baño: de 24 a 26 °C
- Sótano: de 10 a 15 °C
Para calentar tus espacios de manera sostenible, es recomendable bajar la temperatura ambiente, especialmente cuando no estés en casa. La temperatura puede regularse automáticamente con válvulas termostáticas modernas y sistemas de control avanzados, como la unidad de mando BM-2, que facilitan el manejo del sistema en tiempo real tanto para ti como para tu instalador.